¡NI UNA SOLA MUJER!

Veintiocho de Marzo del 2009; esta es una de esas actuaciones que nunca olvidare. Como siempre antes de cada actuación le pregunto a Ramón donde es exactamente esa actuación, que tipo de público tendremos, el horario... vamos lo normal. Me dio todos los datos que le pedí y entre ellos el detalle de que esa tarde tendríamos un público basado en parejas de mediana edad.

Así que opte por mi vestidito lila, medias de rejilla y botas; ropa muy habitual en mi.

Bien, una vez arreglados y con el equipo de música en la furgoneta seguimos nuestro camino dirección Almendralejo "Puerta Grande".

Un bar taurino muy acogedor y muy bonito; montamos el equipo, probamos el sonido y empiezan las sorpresas. Bueno de parejas de mediana edad ¡olvidaros!. ¡Ni una mujer! ¡Ni una sola mujer! Todo hombres comprendidos entre la edad de 18 a 50 años (más o menos) y todos ellos venían de una capea; botas, barro, vaqueros y alcohol, mucho alcohol en el cuerpo y por supuesto todos ellos con unas ganas de marcha "que pa que".

Desee que me tragara la tierra y no dudéis que también desee matar a Ramón. ¿Mis vaqueros donde estaban mis vaqueros y mis botas camperas? ahora lo que si podéis imaginar es donde estaban las miradas de todos los hombres que iban entrando en el local.

Os juro que no me pude sentir peor, no había empezado a cantar y ya deseaba acabar, pero... no todo es lo que parece y no todo se puede suponer. Me equivoque, me equivoque por completo; fue una tarde-noche maravillosa donde me encontré rodeada de un montón de caballeros que por supuesto admiraron a mi persona pero también la respetaron al máximo. Disfrute de esa actuación como no disfrute de ninguna, me sentí Diosa y Señora; me sentí protegida y alagada en cada momento.

¿Os cuento lo más curioso de todo? a ultima hora de la noche alguien intento ligar conmigo y aunque os parezca ridículo no fue un hombre.

Luz

Pdta.: Volvimos de nuevo a Puerta Grande (Almendralejo) y esta vez actuamos en la Plaza de toros, esta vez me puse vaqueros y botas camperas y esta vez también fue perfecto. Pero eso es otra historia que otro día os contare.